Marta Ivonia García Vallejos (Coronel). Ingeniero
Comercial, editora y microempresaria formalizada. ESCRITORA (dicen), POETA
(cuentista en versos, a veces irónicos), Presidenta del grupo literario
LYTERARTES, Participante en los grupos “Luna Azul” de la Caja de Compensación
“Los Andes”, y del grupo “Arreboles de Millabú” de la Casa de la Cultura de
Coronel.
Ha editado y publicado más de 150 libros para otros
autores, incluidos 7 suyos. Ha recibido algunos pequeños premios: en los tres
lugares y algunos reconocimientos. Nunca
con el Consejo del Libro ni el Gore regional.
ACASO
FUI
Poemario
Acaso fui.
Un extraño traspié
del tiempo,
un choque espacial,
energías contradictorias,
o la relatividad de Einstein,
revolvieron la calendata.
O tal vez Pandora,
curiosa, para ver que pasa,
me dejó caer
en tierra insólita,
orientación virada,
en el límite del globo.
O quizá…
Una chispa de energía
trascendente,
desde la oscuridad del tiempo,
viajando entre cometas
rozando los anillos de Saturno
más acá del sol,
más acá de la luna,
vino a irrumpir
en la conjunción
de dos espirales
iluminadas de placer.
Se hizo carne,
se hizo vida,
se hizo dolor,
lamento al infinito
grabado en el tiempo
para siempre…
Así,
fui creada del placer
de india con coño.
Fue el inicio de mi ser.
Un aullido de dolor
fundido de eternidad
fue mi nacer.
Grito de rebeldía,
fue mi llanto
por lo nuevo,
y el temor..
La sangre por manto,
la paja, mi suelo,
mi estrella por refugio.
Así fue
el inicio de mi vida.
Más tarde,
abrí los ojos en mi
asteroide
solo en el universo
surcado por el
gran río.
Abrí los ojos,
espantada
no era mi mundo
soñado.
volví a cerrarlos
para encontrarme con el mío.
Desde mi estrella
miro al mundo
desengañada.
En esta noche sin luna
tranquila tras la tormenta,
escucho voces
que cuentan de pasiones,
aberraciones,
que dejo pasar,
bajo la cabeza,
no quiero
que ensucien mi estrella.
Pero,
otra voz profunda
ordena, pide
poner atención
y el sol se eleva,
y canta la brisa.
Y el amor
hace guiños
a las golondrinas.
No podré morir
sin ver
mi mundo cambiado.
En silencio
sin color
sin pesar
con placer
surcar lo negro
recostada en las ondas
de hondos silencios;
inhibida
en el marasmo
del consumismo
y la tristeza...
Lentamente
voy hundiendo
mis cabellos en el mar
buscando en las rocas
tu mirar…
Tu mente
bajando conmigo
subiendo a tu mundo
trepando montañas
encontrar
consuelos atados
con hilos de sol.
Me oculté cuando salió el
sol.
Sola, en la sombra, vuelo.
Sobre mi, escucho el arroyo
correr
sin destino, desganado,
pateando las piedras
del lodo.
Mientras, sueño...
La barca dorada,
navega en las tinieblas
el brazo de Eros
tensa el arco
su mano sobre la mía
apunta callado.
Un ave carroña
cae a mis pies,
la barca espantada,
zozobra, me ahogo.
no muero... Vivo.
Adiós, sueño…
Soñé alguna vez ser
princesa,
soñé ser raptada por Eros
caballero del arco y la
flecha,
volar por la vida, feliz
bebiendo la dicha
en copas de oro.
Soñé melodías al claro de
luna
tensé el arco oteando algún
rumbo,
con flechas a la
bandada.
Cayó el amor,
destrozado en el barro.
Negro recuerdo,
vuelve de dónde has venido.
Tres haces de energía
que guiaron mi camino,
yo, ser humano cualquiera,
traje en mi mochila al
nacer..
Apetito tumultuoso,
deseos vehementes
de goces y riquezas,
apetecibles perjuicios
y bondadosas intenciones.
Anhelos febriles,
vicios inconfesados
de saber y averiguar
que hay tras la nada,
o tras la historia.
Aspiraciones no confesadas
de distinciones y señorío
sobre rebaños dependientes;
autoridad merecida
que creí merecer.
Fueron estos
los Quiero que impulsaron
mis deseos de vivir..
Y el amor, volando entre
ellos,
Sin aterrizar...
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