Artista visual y poeta, con estudios
en la Universidad
de Concepción. Ha incursionado como dramaturgo y director de teatro, es además
comunicador radial (Productor y conductor del programa Flashback,
de radio Universidad de Concepción).
Ay si tú me dijeras
Las ovejas aman
aman a sabiendas
que su oficio está en
extinción
a pesar de esa dócil
mirada
a pesar de su lana
suave y tibia nacida en la urdimbre de soles
Yo admiro ese insólito
rebaño
y he procurado amar
como ellas aman
Aunque ésta
mi cornamenta
también es la sombra
del macho cabrío
que la luz
de la lámpara
va dibujando
en las paredes
¿Acaso no es verdadero
este deseo de amarte
de lamer tus heridas
y despojarte de la
soledad?
Quién sabe de tus
anhelos y de los míos
Quién sabe de los
cabritos
intentando amar a sus
madres
que se acicalan lejanas
ensimismadas en el
laborioso
horizonte de la
metrópoli
Beber de tu leche
beber balaban
los cabritos
Cuáles son las señales
de peligro
necio mamífero en
alabanza y tributo a la lujuria
ariete enrojecido como
un sol en su pulso avasallador
O tan sólo soy una
bestia empeñada
en lamer tu cuerpo
y cobijar en mi guarida
en el ubérrimo peñasco
de mis designios
tu pan y tu leche
Tú que vas por los
collados
ilusionada y
transfigurada
en feroz estrella sobre
el monte
Y yo aquí en este
corral
me desangro por lamer
tu lomo
Ay si tú me dijeras
bestia ven a mí.
Del tiempo lento de
los adoquines
Vino a mí tu voz
acres de trigo
listos para la siembra
como un manojo de yerba
en el yermo espacio
Qué es el pan sino espigas
en un campo de agua bendita
Qué es el pan sino espigas
en un campo de agua bendita
la voz del bronce
la trompeta
que anuncia
tu llegada
El tiempo
El tiempo
no es oxígeno
a la deriva
es el intervalo de cada nota
es la música eterna del cosmos
Sale y camina por aquel sendero
donde logres dejar tu huella tranquila y sin egoísmo
tú que abandonas las autopistas
que descarrilan el alma
Recuerda que la piedra
es el intervalo de cada nota
es la música eterna del cosmos
Sale y camina por aquel sendero
donde logres dejar tu huella tranquila y sin egoísmo
tú que abandonas las autopistas
que descarrilan el alma
Recuerda que la piedra
es más negra por su
canto urbano
más noche que la sombra
más noche que la sombra
de todos los bosques
Deja tu nerviosismo
Deja tu nerviosismo
y toca mis pies
de madrugada
Deja que tu sangre altiva
Deja que tu sangre altiva
se amontone en un
charco
Que el ojo vea tu denuncia
Que el ojo vea tu denuncia
o te quedarás muda bajo los
viejos tilos de la plaza
esa ventana tallada por la luz del otoño
esa ventana tallada por la luz del otoño
que no alcanza a ver
el amarillo ocre
de los trigales
asoleadas gavetas
asoleadas gavetas
de la imaginación
que no se abrirán en el desván
donde nunca llega el sol
donde no hay mieses
que no se abrirán en el desván
donde nunca llega el sol
donde no hay mieses
para cosechar
Aunque tú lo sabes
cada generación es un campo un trigal
y reconoces en mis ojos mi dedo en la llaga
porque frenas tu sangre al llegar a mi puerta
Quédate un momento
que ya existes en mi mente
tú que hablas la lengua
de los soñadores
que articulas la Ñ
sumergida en una transparente ola
la ola eterna que acompaña a la poesía
en el bravo contorno
de mil espejos
Qué más doméstico
cada generación es un campo un trigal
y reconoces en mis ojos mi dedo en la llaga
porque frenas tu sangre al llegar a mi puerta
Quédate un momento
que ya existes en mi mente
tú que hablas la lengua
de los soñadores
que articulas la Ñ
sumergida en una transparente ola
la ola eterna que acompaña a la poesía
en el bravo contorno
de mil espejos
Qué más doméstico
hay en la imaginación
que un pedazo de pan
que más nostálgico
que anhelar el tiempo
lento de los adoquines
del viejo Concepción
del cual ya no queda memoria
a no ser por aquellos árboles
al final de Barros Arana
pequeñas montañas en la urbe
que me ayudan a caminar
que un pedazo de pan
que más nostálgico
que anhelar el tiempo
lento de los adoquines
del viejo Concepción
del cual ya no queda memoria
a no ser por aquellos árboles
al final de Barros Arana
pequeñas montañas en la urbe
que me ayudan a caminar
ciudad adentro.
Capas de miedo
En la república de Chile
algunas calles
son como vaho
de capas
de miedo
donde el crepúsculo
no ha dejado
de desangrar
sus uvas rojas
¿Quién caminará
a la fuente de agua sin
límites
lejos de esa canción triste
que inflama la soledad?
Al corazón del paciente oído
de la misericordia
Un abrazo infinito
en estos tiempos
de miseria
de niebla
y acantilado
que hace caer
a la república
en una autopista
larga y vertiginosa
que no podemos ahuyentar
con guijarros.
Perra hermosa
Ensimismada en una vorágine de recuerdos
en el inclemente insomnio de
la carne
ella se levanta en busca
de la compañía de las bestias
del condominio vecino
y el Labrador
cual celador de sus días
fértiles
la sigue y merodea su vulva
ávido de penetrar hasta el
infinito
la carnalidad del unicornio
Perra flagelante
Perra hermosa
hocico rebosante
de cuchillos
locuaz al amanecer
taciturna cuando deja caer
en el césped
la tersa cascabel
y los perros
huelen su música de
castañuelas
de pan cocido a fuego lento
Perra hermosa
Perra de la camada silvestre
ella vive en las provincias
del sur
en el lomo lleva la marca de
todos
los que la han amado por un
instante
el brillo de su costado
la guía por valles de sombra
y ríe de sus orgasmos
a la vera del camino
Con entusiasmo traduce
en pequeños símbolos
el significado mestizo
de la escritura monacal de su
juventud
Perra hermosa perra citadina
el torso inclinado sobre el
corazón
intensifica el suspiro
visceral de la esperma
que se agita con el pasar del
rayo
y la sinuosa noche acurrucada
bajo un árbol
espera el desplome del último
aullido.
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