
El nuevo idioma.
Al fin la luz,
intensa
llena mi llegada
con aromas a yodo
y cloroformo;
inconciente del recuerdo
que siempre viene
en otras cavidades futuras
soy golpeado por
primera vez,
escucho mi propio llanto
que no conmueve
a los extranjeros
que esperan por mí;
una fingida y escrupulosa
bienvenida,
nada saben de siglos
o serpientes
de Macedonia o supernovas,
cuatro manos transpiradas
intentan un abrazo
mientras traduzco
el significado de exclamaciones
y ansiosas miradas;
son desconocidos para mi
aunque intentan entender
mi lenguaje original
no me conocen;
intercambio de miradas
auscultando afectos
constato extrañado
su temor a las serpientes,
han olvidado ya
sus propios viajes
no queda nostalgia
en sus relojes pulsera;
inmensas voces me invitan
al aprendizaje del vómito,
y yo, por primera vez,
vomito;
siento la alegría en ellos
inconmensurablemente
satisfechos,
percibo mi pertenencia
acercándose
pertenencia en la luz
que todo lo domina;
a un nuevo alimento
recorre mis arquetipos
no hay problema
están preparados para
todos los brebajes;
vuelvo a escuchar
mi llanto,
tartamudean
vacilan
recurren a más yodo
a más cloroformo
me calmo;
comprendo,
no saben de mi,
viajero flotante
de flotación suspendida
en ausencia de Cronos;
comprendo el nuevo idioma
traduzco sin problemas
el hedor a yodo
a azufre,
mi voz fluye en
el espacio de las disciplinas
transpiradas
de tímidos abrazos vacilantes;
el embrión viajero
que llevo conmigo me avisa,
delicadamente,
su decisión al retorno
a dar la espalda,
hacia el encuentro
de su madre grande
del gran útero de serpiente
que cobija abrazando
a los viajantes de eterna
humedad en las alas
de eterna nostalgia
por
la
cavidad original.
vibraciones;
recuerdo todo.
Entre los labios.
Frente al umbral
la luz se retira,
me observan ciertos pliegues
ciertas gargantas
insinuantes,
cavernosas flores
invitando a despertar
los arquetipos
a soltar las armas
a olvidar la serpiente;
vacilo, mientras aparece
una nueva marea,
voluptuosa,
acariciando con susurros
mi llegada;
un canto hecho
sólo para mis entrañas
me impulsa me atrae
siento el cosquilleo
en los hombros,
el trayecto se ha vuelto
conocido;
son pliegues amorosos
de doctrina amorosa
de labial contextura;
presiento la luz aguardando,
los labios anuncian,
con dolor en mi estómago,
su retirada,
sobreviene un tiraje
en mi cabeza
transito entre medusas
y cavidades groseramente
aceitadas;
la traducción se activa
los arquetipos reconocen
el alumbramiento
el comienzo de un
nuevo idioma,
la luz se deja ver intermitente,
¿ De donde la sangre?,
soy empujado
lanzado verticalmente
por labios de gruesas
ya he estado aquí
una y otra vez
muchas veces antes,
con otros nombres
otros labios cavernosos
la misma luz
la misma serpiente
las mismas lágrimas saladas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario