Este blog se ha abierto para difundir la creación de artistas de la región del BíoBío.
La historia dice que hace 2700 años A.C. aparecen los primeros relatos que describen una guerra, desde allí hemos recibido imágenes y consignas que describen muerte, desolación y hambre. Este colectivo dice No a la guerra cualquiera sea su forma, está al servicio del arte y la nobleza del ser humano.
Un aporte CIC
Arte y Cultura
Centro de Investigaciones Culturales Colectivo La silla
“A la aurora, armados de una ardiente paciencia, entraremos a las espléndidas ciudades”.
viernes, 14 de noviembre de 2008
Cristián Lagos Troncoso -Hualpén
CADAVERDE
Contar el mismo signo
de la luz,
las amapolas,
las cosas tristes que hay
sobre la piel.
Unos miserables amigos
de tu cama,
una la etílica disposición de los navíos.
Azul, rojo óptico,
cadaverde,
maniquíes de lava barriendo tejados,
ojo mágico que lo ve todo,
el todo color y el hielo,
la absoluta misericordia para el que pierde
y con el frío de una noche opaca,
olvida todos los colores en la angustia.
ESA MASA DE TI
En algún lugar como luna, una pieza de metal en tus costillas.
Algún lugar y avenidas
y soles oscuros y complejos animales
que componen esa masa de ti
como melodía,
sí, como si de alquimia se tratara.
Esa masa de ti, ese,
ese que es albino viento entumecido
el alimento de toda vida ninguna.
En algún lugar la luna,
esa mitad de ti
que somos todos,
eso que habita en los violines
eso, eso
y el olor del color del fin.
25
Un día a las dos de la tarde descendió por la Tercera Avenida. Paró donde se juntan las cuatro esquinas y, como si fuera la quinta esencia, tomo un bus que llevaba seis pasajeros. Los siete días de la semana los pasaba cesante. Ocho empleos inconclusos acabaron con su paciencia. Pensando que los nueve planetas giraban en su contra, maldijo 10 veces su maldito infortunio. Bajó cerca del metro y descendió los 11 escalones con tal parsimonia que parecía que se tardaría los doce meses del año en hacerlo. Era un martes trece y catorce grados indicaba el panel luminoso. Subió al elevador y descendió en el piso15. Cerca de la caja tomo el número dieciséis. Cuando ya llevaba 17 minutos de espera la secretaria anunció “Todas las personas mayores de 18 años deben esperar en la oficina 19”. El, por supuesto, con sus veinte años se dirigió con desgano. Estamos en el siglo XXI –pensó- y aún no se acaban las filas. Completó el formulario 22 con la paciencia de Juan XXIII.Le informaron que, dentro de 24 horas recibiría el cheque y así, algo más contento, pensó en los mendrugos que podría comer el día de navidad.
2 comentarios:
Qué bueno el último texto, señor!!!
Me alegra saber algo sobre usted.
Un abrazo, su Pame Mella.
Qué bueno ese último texto, señor!
y bueno, también, saber algo de usted.
Un abrazo, su Pame Mella
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